dissabte, 28 d’abril del 2012

Despertando pasiones


Cristina Fernández de Kirchner es para los argentinos una persona, o alguna cosa, ya que nunca sabremos si lo que vende es real o ficticio, comparable al fútbol. Levanta pasiones a favor y en contra, trasciende fronteras y sus decisiones son aplaudidas o criticadas con el mismo fervor consiguiendo no dejar a nadie indiferente y resultando ser una fuente inagotable de conflicto de intereses. Se mire como se mire, y con o sin razón en sus decisiones, Cristina juega con los sentimientos y las necesidades de un pueblo en beneficio de su carrera política y la de aquellos que le rodean (por desgracia, esto no es nuevo, ocurre con el 99% de los políticos). Muestra de ello es la imagen de miles de argentinos celebrando delante de la Casa Rosada la decisión de su presidenta de nacionalizar o expropiar la compañía Repsol YPF, como si de una victoria en un partido de fútbol se tratara.

Los que me conocen saben perfectamente que el aprecio que tengo por esta tierra y sobretodo por sus habitantes, y a la vez, el poco afecto que como buen catalán tengo por todo lo que proviene de nuestro país vecino (España), quien también lleva años robándonos, demuestra que mi crítica a la decisión de Cristina Kirchner no está fundada en defensa de los intereses de España. Al contrario, lo que la motiva es precisamente la defensa de los intereses de Argentina.

¿Saben cual es el país del mundo que más inversión realiza en Argentina? ¿Saben que este país (España, por si no lo adivinaron) pertenece a una zona económica llamada Comunidad Europea? ¿Que la Comunidad Europea esta formada por 27 estados? ¿Conocen el número de empresas con capacidad de inversión que están bajo la protección de estos estados?¿Han comparado las perdidas económicas que esta decisión puede acarrear con los posibles beneficios de la expropiación? ¿Conocen los beneficios de los que gozan los productos argentinos en el pago de aranceles en sus exportaciones a Europa? ¿Son conscientes de las consecuencias de esta decisión?

Además, prescindiendo de si la decisión es o no es idónea, el discurso de Cristina Kirchner y su gobierno no es ni mucho menos coherente. Tomar este tipo de decisiones bajo la bandera del interés nacional y la defensa del territorio cuando el mismo gobierno permite el expolio de uno de los mayores valores de Argentina, la Patagonia, no hace nada más que confirmar mis argumentos.

Con todo, yo no opino sobre si la decisión es justa o si, realmente, esta justificada la expropiación. Muy pocos tienen toda la información para opinar sobre el tema. Lo único que manifiesto es que no se puede dirigir un país como si se tratara de un equipo de fútbol. No vaya a ser que les ocurra lo que a River.